18 may 2011

Cansancio

Está ocurriendo algo grande, algo muy grande. Pero creo que muy pocos se dan cuenta realmente de la magnitud que tienen las protestas que, en casi toda España, se están desarrollando en contra de ¿Qué? Eso es lo más curioso de todo.Ni los políticos, ni los pedantes tertulianos de una y otra cadena, ni siquiera muchos de los que sujetan una pancarta en Sol o en la Plaza del Mercado de Logroño tienen muy claro cual es el motivo concreto de esta rebelión popular.

Porque, sinceramente, pienso que no hay un casus belli en estas sentadas masivas, que no se ha producido nada extraordinariamente reprochable en estos últimos años como para concentrar la indignación de la gente en un ser o en una institución en concreto.

El problema, en mi opinión, es el cansancio acumulado. Cansancio de asistir al juego en el que los dos grandes partidos mayoritarios prefieren dedicarse a desacreditar la labor del rival antes de pensar en cómo sacar al país de la situación que ellos han creado.Cansancio de que el número de personas que pierde su puesto de trabajo en nuestro país no deje de crecer mientras que los sindicatos  se dedican a dar palmaditas en la espalda a Zapatero. Cansancio de no entender cómo las previsiones económicas de nuestro país para el próximo lustro difieren tanto según las exponga  la Comisión Europea o la vicepresidenta del Gobierno. Cansancio de escuchar, leer y ver como los medios de comunicación prefieren dedicar su espacio informativo a seguir la pista de un presunto violador antes que  a atender las protestas de miles de ciudadanos.  Cansancio de observar como muchas de estas fuerzas del poder, políticos, sindicatos y medios, pasan de definir estas marchas como "pequeñas protestas antisistema" a querer subirse al carro. Cansancio de pensar que dentro de una semana todo este revuelo quedará en nada y volveremos a dedicarnos a seguir por los informativos cuál va a ser el próximo fichaje del Madrid.

4 may 2011

Valientes imbéciles


Pues sí, ya lo habéis conseguido. Enhorabuena amigos norteamericanos: habeís matado a Bin Laden. Sí, a ese árabe desequilibrado que (presuntamente) ideó el peor atentado terrorista en la historia de vuestro país, a ese amoral terrorista que se os llevaba resistiendo diez años y que, de vez en cuando, os mandaba mensajitos  vía Al Jazeera, a ese líder del extremismo islámico cuya existencia  no dejaba dormir a vuestro antiguo presidente. Valientes imbéciles. Seguramente con este asesinato de un cuasi sesentón con problemas conocidos de salud habéis condicionado la vida de otras personas, ya sean de vuestro país o de otro occidental, posiblemente por el deseo de poneros la medallita de haber liquidado a balazos a vuestro principal nemesis habéis dado un argumento de peso a los grandes líderes radicales a declarar la guerra al enemigo del norte.

¿Cuál sería la situación de ETA en el País Vasco si la Policía Nacional se hubiese dedicado a asesinar a sus líderes en lugar de a detenerlos? El que siembra odio no puede esperar recoger fraternidad. Si Obama tuviera aún algo de la coherencia que demostró en sus primeros pasos al frente del gobierno estadounidense, creo que debería hacer como Sergio Ramos y tirar su premio Nobel al vacío.

 ÉL, primer presidente negro de un antiguo país racista; ÉL, candidato que prometió escapar del crimen contra la humanidad que había perpetrado Bush; ÉL, personaje carismático de discurso fácil al que casi todos habríamos votado en su momento si hubiésemos tenido opción,  ha demostrado con este asesinato dar prioridad a reparar su maltrecha popularidad antes que al mantenimiento del orden político mundial.

Ya tenéis lo que querías amigos norteamericanos, el símbolo del mal está pudriéndose bajo el mar mientras os preparáis para una venganza que no hubiese sido necesaria si, como hizo vuestro anterior dictador (digo, presidente) hubieseis capturado al yihadista y le hubierais sometido al yugo de la justicia, que tanto en su país como en el vuestro, hubiese decretado su muerte, pero que hubiese supuesto poner algo de democracia (tampoco se crean que mucha) de por medio.

Por cierto, acabo de leer en El País que la popularidad de Obama ha ascendido en tropecientos puntos desde el pasado día dos de Mayo. Cada vez me alegro más de que Zapatero haya declarado que no tiene intención de presentarse a las próximas elecciones.
 
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