Y reflexiono; reflexiono quizás por llevarles la contraria a los partidos políticos que, redes sociales mediante y por medio de sus fieles subordinados, contaminan un día que perdió todo su sentido hace ya muchos años.
Empiezo leyendo atentamente todas las cartas que, afectuosa y personalizadamente, me han mandado los líderes de los tres o cuatro partidos que a día de hoy pueden seguir permitiéndose este despilfarro. Miro con atención sus propuestas y lo único que alcanzo a comprender es que estas son más difíciles de entender a medida que el partido político en cuestión tiene más posibilidades de izar su bandera en la Moncloa. También observo como PP y PSOE se han tomado la molestia de marcar por nosotros a todos sus candidatos al Senado en las papeletas, a pesar de que sea el único órgano de gobierno en el que se permite votar a aspirantes de distintos partidos (quizá esta libertad tenga que ver con el hecho de tratarse de un órgano que no sirve para nada).
Echo un vistazo después a las páginas webs de algunos de estos partidos y tampoco saco mucho más en claro de lo que ya había averiguado antes en este afán reflexionador; es latente que los partidos que más se mojan en los cambios que consideran necesarios llevar a cabo en nuestro país son aquellos que menos posibilidades tienen de hacerlos efectivos. También me encuentro con varios partidos pequeños que no han podido presentarse en esta ocasión en varias provincias al no encontrar avales suficientes, avales que solo son necesarios desde estas elecciones por el divino deseo de los dos grandes partidos de nuestro país. Quizás me esté pasando de reflexionamiento pero ¿No supone un duro recorte democrático el hecho de no permitir a grupos políticos, por pequeños que sean, presentarse a unas elecciones? O mejor dicho ¿No supone un recorte de libertades para los ciudadanos el no tener la oportunidad de votar las ideas con las que más se identifican solo porque estas no son compartidas por un número suficiente de personas? No, definitivamente se me ha subido el reflexionismo a la cabeza.
También le doy vueltas al tema del voto útil. Quizás en otras provincias la gente tenga más suerte, pero en La Rioja solo se reparten 4 diputados y desde que tengo memoria, toda la vida han salido dos del Partido Popular y dos del Partido Socialista. Este año se habla de la posibilidad de que sean tres para el primero pero en ningún caso de que entre un nuevo partido a este reparto, con lo cual y reflexionativamente hablando, sé de sobra que en caso de votar a un partido que no sea uno de los anteriores, mi papeleta será igual de útil que una Ley Sinde en el norte de África.

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